Poema de Ramón Carretero al GRAN LOBO IBÉRICO
A ellos y a todos los lobos les dedico estas palabras:
No hace mucho no había monte o bosque donde mi aullido no estuviera presente. Se sublevaba gentilmente ante el señor de la noche, el silencio. Su presencia le decía al hombre: "esta tierra pertenece a la vida salvaje, tú perteneces a ella". Su sonido era el latir de la naturaleza y marcaba el compás de la supervivencia.
Se dice que sólo se es libre cuando se... vive sin miedo, y yo, estaba libre de él. Pero el ser humano es todo menos un ser libre, es un ser temeroso. Y por ese temor, a lo desconocido, a la pérdida, a lo salvaje, a lo que no comprende por su grandeza, convirtieron mi aullido en el abanderado de la desgracia. Algunos decían ver al demonio en mis ojos. El hombre ignora que el diablo tiene el rostro de su propio ego. Y así, habiendo sido el garante de lo más valioso, me convertí en un fugitivo, testigo de la devastadora obra de la ignorancia.
Aún hoy es posible oir mi aullido, pero ante todo, urge escucharlo, pues es la Naturaleza suspirando por volver a ser libre.
No hace mucho no había monte o bosque donde mi aullido no estuviera presente. Se sublevaba gentilmente ante el señor de la noche, el silencio. Su presencia le decía al hombre: "esta tierra pertenece a la vida salvaje, tú perteneces a ella". Su sonido era el latir de la naturaleza y marcaba el compás de la supervivencia.
Se dice que sólo se es libre cuando se... vive sin miedo, y yo, estaba libre de él. Pero el ser humano es todo menos un ser libre, es un ser temeroso. Y por ese temor, a lo desconocido, a la pérdida, a lo salvaje, a lo que no comprende por su grandeza, convirtieron mi aullido en el abanderado de la desgracia. Algunos decían ver al demonio en mis ojos. El hombre ignora que el diablo tiene el rostro de su propio ego. Y así, habiendo sido el garante de lo más valioso, me convertí en un fugitivo, testigo de la devastadora obra de la ignorancia.
Aún hoy es posible oir mi aullido, pero ante todo, urge escucharlo, pues es la Naturaleza suspirando por volver a ser libre.
(Ramón Carretero)
Sin lugar a dudas un bello poema. Y también toda una experiencia sentir de cerca el aullido del lobo en vuestro centro de naturaleza. Muchas gracias por enseñarnos a todos la importancia de proteger al lobo ibérico, nos encantó la visita que nos hicisteis para ver cómo les dabais de comer. Os dedicamos una entrada en nuestro blog de Un Ambientalista. Enhorabuena por vuestra labor de educación ambiental y concienciación y todos los mimos y cuidados que prodigáis a todos los animales que sacáis adelante.
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