EL TRABAJO EN CAÑADA REAL DE ENRIQUECIMIENTO AMBIENTAL
El enriquecimiento ambiental es una
práctica utilizada en centros que albergan animales con el objetivo de
estimularlos y evitar comportamientos anómalos, a la vez que se promueven aquellos que
son naturales en la especie y se potencia su bienestar. Los animales en
cautividad no pueden realizar las mismas actividades que efectuaban en
libertad.
Parte del enriquecimiento va orientado a
estimular mentalmente a nuestros ejemplares, mejorar su ambiente físico,
relaciones sociales… pero sobre todo es un instrumento imprescindible para
mejorar la calidad de vida de nuestras especies dentro de sus instalaciones. Se
intenta, en lo posible, que incluyan los elementos tanto bióticos como
abióticos que encontrarían en su medio natural desde troncos, rocas, árboles,
cobijos, barrizales, charcas… pero también otros artificiales que pueden
servirles de “juguetes” y que les serán muy útiles como bolsa de telas, macetas,
rascadores para las garras artificiales, comederos.
En nuestro centro de trabajo, hay un
gran equipo de profesionales que dedica mucho tiempo a esta tarea. Antes de
introducir un animal en una instalación la preparan y adaptan con mucho cuidado
para el individuo concreto del que se trate. Para ello tienen en cuenta: porque
el animal es irrecuperable para su medio natural, la ecología propia de la
especie, las necesidades de espacio, si estará o no acompañado, seguimiento de
su adaptación y la observación continúa de sus nuevas necesidades a lo largo de
los años.
En su medio natural los animales
tendrían un espacio mucho mayor a su disposición, para cazar, correr, reproducirse,
realizar migraciones… no les queda mucho tiempo libre. Todos nuestros amigos dedican
muy poco tiempo a estas actividades, puesto que al estar en cautividad no deben
hacerlas o no como lo harían en su medio natural. Esto queda de manifiesto en mayor
grado cuando los visitantes llegan a nuestras aves, ellas han perdido su
capacidad de volar y explorar desde las alturas el mundo que les rodea. Todo
ello puede potenciar la aparición de conductas extrañas tales como
peleas, autolesiones, estrés, estereotipias, aumento de las conductas
agresivas, aburrimiento, ansiedad, vómitos, regurgitaciones, enfermedades…
Por ello es muy importante el enriquecimiento
ambiental que hacemos porque nuestros animales se lo han ganado y debemos
intentar devolverles un poquito de lo que en su momento los hombres les quitamos: su libertad.
Blanca Herrera
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