lunes, 2 de julio de 2012

Nuestras aves no pueden volar.






En Cañada Real Open Center, acogemos a diferentes especies de rapaces diurnas pertenecientes a la fauna ibérica, desde los grandes buitres leonados (Gyps fulvus) al pequeño cernícalo vulgar (Falco tinnunculus) o rapaces nocturnas como el cárabo (Strix aluco). Pero nuestras aves no pueden volar, son irrecuperables para su entorno. Todas ellas comparten un problema común: el choque con la expansión del hombre y debido a ello nunca más podrán vivir en libertad al haber sido impedidas para ello.



Os vamos a contar algunas de sus peculiares “enfermedades”:

Mila: Entre las últimas en llegar esta un precioso ejemplar de milano real (Milvus milvus), que nos ha cedido GREFA. Mila fue encontrada a los pies de una torreta de alta tensión y tuvo que serle apuntada un ala.




También hace poco se instalo H, un Halcón peregrino (Falco Peregrinus) precioso que sufrió un disparo en un ala, lo que le impide volver a utilizarla.

Nicolas: Nuestro amigo más antiguo, un maravillo Buitre leonado que también sufrió un disparo en el ala y que ahora comparte instalación con dos amigos, Colas y Colasa, que sufrieron suertes parecidas a las anteriores.



Pero también tenemos un milano negro (Milvus migrans), ratonero común (Buteo buteo), azor (Accipiter gentilis), águila calzada (Hieraetus pennatus), Águila Culebrera Europea (Circaetus gallicus), lechuza común (Tyto alba), búho real (Bubo bubo), mochuelo (Athene noctua),… que han sufrido electrocuciones o choques con los cables de tendidos eléctrico, envenenamientos, disparos, expolios en los nidos o han sido troqueladas.



Además de nuestras rapaces, llegan a Cañada Real diferentes aves como cigüeña blanca (Ciconia ciconia) o nuestro pequeño Rulo o precioso arrendajo (Garrulus glandarius), cuervos (Corvus corax), cornejas (Corvus corone)
 



Para nosotros es una “suerte” contar con ellas, son los mejores educadores ambientales que se pueden tener, porque nuestras rapaces han sufrido las consecuencias de un mundo donde el ser humano a veces se olvida que no esta sólo y de que solo no puede vivir. A través de los distintos problemas que han sufrido nuestros amigos alados, podemos concienciar a los visitantes y continuar con nuestra labor de educación ambiental. Como sería nuestra vida sin poder andar y correr, sin poder bailar nuestra canción preferida con esa persona a la que tanto amamos, sin poder llevar a montar en bici a nuestros hijos…

Hay grandes acciones para proteger a nuestras rapaces que parecen estar fuera de nuestro alcance, pero hacer un uso responsables de los recursos, reciclar, no tirar basura al suelo, apagar la luz cuando no se necesita, no encender la televisión como ruido de fondo, cerrar los grifos, no utilizar el coche para recorrer diez metros… si son pequeñas gestos que podemos realizar cada día y que suponen grandes pasos en la conservación de nuestra fauna.





Las aves han nacido para volar, para surcar el cielo y ofrecernos un espectáculo único y digno de contemplar por nosotros y por las siguientes generaciones. Como ya hemos hecho en anteriores ocasiones, desde Cañada Real realizamos un llamamiento para que entre todos contribuyamos a que este maravilloso espectáculo continúe produciéndose año tras año.





Blanca Herrera

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