En Cañada Real Open Center, acogemos a diferentes especies
de rapaces diurnas pertenecientes a la fauna ibérica, desde los grandes buitres
leonados (Gyps fulvus) al pequeño cernícalo
vulgar (Falco tinnunculus)
o rapaces nocturnas como el cárabo (Strix
aluco). Pero nuestras aves no pueden volar, son irrecuperables para su
entorno. Todas ellas comparten un problema común: el choque con la expansión
del hombre y debido a ello nunca más podrán vivir en libertad al haber sido
impedidas para ello.
Os vamos a contar algunas de sus peculiares “enfermedades”:
Mila: Entre las últimas en llegar
esta un precioso ejemplar de milano real (Milvus milvus), que nos ha cedido GREFA. Mila fue
encontrada a los pies de una torreta de alta tensión y tuvo que serle apuntada
un ala.
También hace poco se instalo H, un Halcón peregrino (Falco Peregrinus) precioso que sufrió un disparo en un ala, lo que le impide volver a utilizarla.
Nicolas: Nuestro amigo más
antiguo, un maravillo Buitre leonado que también sufrió un disparo en el ala y
que ahora comparte instalación con dos amigos, Colas y Colasa, que sufrieron
suertes parecidas a las anteriores.
Pero también tenemos un milano
negro (Milvus migrans), ratonero común (Buteo buteo), azor (Accipiter gentilis), águila calzada (Hieraetus pennatus), Águila Culebrera Europea (Circaetus gallicus), lechuza común (Tyto alba), búho real (Bubo
bubo), mochuelo (Athene noctua),…
que han sufrido electrocuciones o choques con los cables de tendidos eléctrico,
envenenamientos, disparos, expolios en los nidos o han sido troqueladas.
Además de nuestras rapaces, llegan a Cañada Real diferentes aves como cigüeña blanca (Ciconia ciconia) o nuestro pequeño Rulo o precioso arrendajo (Garrulus glandarius), cuervos (Corvus corax), cornejas (Corvus corone)
Para nosotros es una “suerte” contar con ellas, son los mejores educadores ambientales que se pueden tener, porque nuestras rapaces han sufrido las consecuencias de un mundo donde el ser humano a veces se olvida que no esta sólo y de que solo no puede vivir. A través de los distintos problemas que han sufrido nuestros amigos alados, podemos concienciar a los visitantes y continuar con nuestra labor de educación ambiental. Como sería nuestra vida sin poder andar y correr, sin poder bailar nuestra canción preferida con esa persona a la que tanto amamos, sin poder llevar a montar en bici a nuestros hijos…
Hay grandes acciones para proteger a nuestras rapaces que
parecen estar fuera de nuestro alcance, pero hacer un uso responsables de los
recursos, reciclar, no tirar basura al suelo, apagar la luz cuando no se
necesita, no encender la televisión como ruido de fondo, cerrar los grifos, no
utilizar el coche para recorrer diez metros… si son pequeñas gestos que podemos
realizar cada día y que suponen grandes pasos en la conservación de nuestra
fauna.
Las aves han nacido para volar, para surcar el cielo y
ofrecernos un espectáculo único y digno de contemplar por nosotros y por las
siguientes generaciones. Como ya hemos hecho en anteriores ocasiones, desde
Cañada Real realizamos un llamamiento para que entre todos contribuyamos a que
este maravilloso espectáculo continúe produciéndose año tras año.
Blanca Herrera
Blanca Herrera
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